Mi calificación:
Conocida es la fascinación de Borges por los cumas del Buenos Aires decimonónico, a los que dedica múltiples ensayos, cuentos y poemas. Hay un rescate patrimonial interesante, que va más allá de lo literario, entrando de lleno en la creación de mitos. Este poemario es una muestra de aquello.
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"Para las seis cuerdas" es un breve y curioso poemario de Jorge Luis Borges, donde una vez más pone de manifiesto su fascinación por el lumpen urbano del Buenos Aires de fines del siglo XIX, tema que aborda de manera constante en su obra y que es reflejo de los mitos e historias que escuchaba durante su infancia en el barrio de Palermo.
En esta obra Borges plasma su interés por una cultura marginal y violenta, dominada por códigos de honor y personajes como el compadrito, donde el cuchillo no es solo una herramienta de supervivencia, sino también un símbolo de identidad que parece tener vida propia como arma. Pero lo llamativo no es la temática, sino el modo que elige de expresarla: a través de la estructura rítmica de la milonga, conocida también como 3 - 3 - 2.
La decisión de Borges de expresar esta temática a través de milongas no es un capricho. La musicalidad inherente a este género dota a los poemas de un ritmo que evoca una atmósfera que trasciende lo literario y se convierte en un homenaje sonoro. En este contexto, los temas recurrentes de Borges —el tiempo, la muerte, el olvido— adquieren una dimensión profundamente visceral, casi tangible, arraigada en la memoria colectiva de los matones del barrio como mito fundacional de la ciudad. Y es interesante como renuncia al uso del lunfardo, probablemente para dotarlo de un alcance más universal.
Un ejemplo que me provoca una curiosidad irresistible es el personaje al que Borges dedica estos versos:
Fue de aquel Saverio Suárez,Por más mentas el Chileno,Que en garitos y eleccionesProbó siempre que era bueno.Los chicos, que son el diablo,Lo buscarán con sigiloY probarán en la yemaSi no se ha mellado el filo.
¿Quién fue este "Saverio Suárez"? ¿Qué vida llevó para ser recordado con estas palabras que parecen perpetuarlo tanto en la gloria como en el mito, pese a la oscuridad de su vida? Borges no nos da respuestas concretas, pero esa ambigüedad forma parte de su genio: la creación de personajes y escenarios que invitan a perderse en los intersticios de la historia y la leyenda.
"Para las seis cuerdas" no es solo un poemario; es un puente hacia un fragmento olvidado de la ciudad de Buenos Aires, donde las sombras bailan al ritmo de milongas y los cuchillos aún brillan en la imaginación de los lectores. La curiosidad de la forma no desdibuja en la más mínimo la genialidad del maestro.
Recomiendo hacer el ejercicio de seguir la letra y comprobar la maravillosa musicalidad en la que pensaba Borges al escribirla, en Milonga de Jacinto Chiclana:
Me acuerdo. Fue en Balvanera,en una noche lejana,que alguien dejó caer el nombrede un tal Jacinto Chiclana.Algo se dijo tambiénde una esquina y un cuchillo;los años nos dejan verel entrevero y el brillo.Quién sabe por qué razón,me anda buscando ese nombre;me gustaría sabercómo habrá sido aquel hombre.Alto lo veo y cabal,con el alma comedida;capaz de no alzar la vozy de jugarse la vida.Nadie con paso más firmehabrá pisado la tierra;nadie habrá habido como élen el amor y en la guerra.Sobre la huerta y el patiolas torres de Balvanera,y aquella muerte casualen una esquina cualquiera.No veo los rasgos. Veo,bajo el farol amarillo,el choque de hombres o sombrasy esa víbora, el cuchillo.Acaso en aquel momentoen que le entraba la herida,pensó que a un varón le cuadrano demorar la partida.Solo Dios puede saberla laya fiel de aquel hombre;señores, yo estoy cantandolo que se cifra en el nombre.Entre las cosas hay unade la que no se arrepientenadie en la tierra. Esa cosaes haber sido valiente.Siempre el coraje es mejor,la esperanza nunca es vana;vaya pues esta milonga,para Jacinto Chiclana.

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